El 7 de julio de 1993 el periodista musical Jon Savage realizó una extensa entrevista con Kurt Cobain, donde este se sinceró sobre temas tanto íntimos como polémicos, de su vida personal y de su trayectoria como líder de una de las bandas de rock más importantes de la historia, como lo fue Nirvana. Con la muerte de Cobain unos pocos meses después, el 8 de abril de 1994, el diálogo terminó por ser de las últimas entrevistas a profundidad que concediera en su vida. Con autorización de Savage, a continuación aparece por primera vez de manera íntegra publicada en español.
Cuéntame de tus orígenes.
Nací en Aberdeen, Washington, en 1967, y viví entre Aberdeen y Montesano, que estaba a 20 millas de distancia. Me mudé de una casa para otra de mis parientes durante toda mi niñez.
¿Se separaron tus padres cuando eras pequeño?
Sí, cuando tenía siete años.
¿Recuerdas algo al respecto?
Recuerdo que por alguna razón sentía vergüenza. Sentía vergüenza de mis padres. Ya no podía enfrentar más a mis amigos de la escuela, porque quería desesperadamente tener la familia típica, clásica. Madre, padre. Quería esa seguridad, así que estuve enojado con mis padres durante unos años a causa de ello.
¿Has hecho las paces con ellos?
Bueno, siempre he mantenido una relación con mi madre, porque siempre ha sido la más afectuosa. Pero no había hablado con mi padre durante 10 años hasta el año pasado, cuando me buscó en el backstage en un concierto que dimos en Seattle. Me dio alegría verlo porque quería que supiera que ya no lo odiaba. Por otro lado, no quería alentar nuestra relación porque no tenía nada que decirle. Mi padre es incapaz de demostrar mucho afecto, o siquiera de sostener una conversación.
No quería tener una relación con él solo por nuestro parentesco sanguíneo. Me resultaría muy aburrido.
Así que la última vez que lo vi, le manifesté y le dejé muy en claro que ya no quería nada más que ver con él. Pero fue un alivio para ambas partes, ¿sabes? Porque durante años pensó que lo odiaba con todo mi corazón.
No hay manera de evitarlo.
Pero es lo que he hecho toda mi vida. Siempre he abandonado los trabajos sin decir a mi patrón que renunciaba. Tan solo no aparecía un día. Lo mismo sucedió en la preparatoria, la abandoné cuando me quedaban dos meses. Siempre me he escabullido de las cosas, así que enfrentar a mi padre —aunque fue él quien me buscó— fue un agradable alivio.
¿Alguna vez has escrito sobre esto? La letra de «Serve the Servants» suena autobiográfica.
Sí. Es la primera vez que en realidad he enfrentado mis traumas parentales. Jamás he escrito algo que sea tan manifiestamente personal.
¿Cómo fue tu crecimiento?
Estaba muy aislado. Tuve una muy buena infancia, hasta el divorcio. De pronto, repentinamente, todo mi mundo cambió. Me volví antisocial. Comencé a entender la realidad de mi entorno, que no tenía gran cosa que ofrecer. Aberdeen era un pueblo muy pequeño, y no conseguía hacer amigos cercanos, que fueran compatibles conmigo, o a quienes les gustara hacer lo que a mí me gustaba hacer. Me gustaba hacer cosas artísticas y escuchar música.
¿Qué escuchabas en ese entonces?
Cualquier cosa que pudiera. Mis tías me daban discos de los Beatles, así que en buena medida escuchaba solo a los Beatles y, cada tanto tiempo, si tenía suerte, me podía permitir comprar un disco.
¿Te gustaban los Beatles?
Oh, sí. Mi madre siempre procuraba que hubiera presencia de algo de cultura británica en nuestra familia. ¡Tomábamos té todo el tiempo! Hasta este año, no había sabido mucho sobre mis ancestros, cuando supe que el nombre Cobain era irlandés. Mis padres jamás se molestaron en averiguarlo. Lo encontré buscando en guías telefónicas por Estados Unidos, en busca de nombres que fueran similares al mío. No pude encontrar ningunos Cobain, así que empecé a llamar a los Coburn. Encontré una mujer en San Francisco que había estado investigando durante años nuestra historia familiar.
¿Así que el apellido era Coburn?
En realidad era Cobain, pero los Coburn lo cambiaron cuando vinieron para acá. Eran provenientes del condado de Cork, lo cual es algo muy extraño, porque cuando estuvimos de gira por Irlanda tocamos en Cork y todo el día anduve como aturdido. Nunca sentí tanta espiritualidad en mi vida. Fue una sensación de lo más extraña —y tengo un amigo que estuvo conmigo que puede atestiguarlo—, estuve casi llorando durante todo el día. Desde esa gira, que fue hace dos años, he sentido que provengo de Irlanda.
Cuéntame sobre tu experiencia en la preparatoria. ¿Te trataban mal los otros chicos?
Yo era como un chivo expiatorio, pero no en el sentido de que todos me jodieran todo el tiempo. No me jodían o me golpeaban porque yo ya estaba sumamente aislado para ese momento. Era tan antisocial que casi estaba loco. Me sentía tan distinto y tan loco que la gente simplemente me dejaba en paz. No me habría sorprendido si me hubieran elegido como «El que es más probable que los mate a todos en el baile de graduación».
¿Puedes ahora entender cómo es que alguna gente se siente tan alienada que pasan a la violencia?
Sí, definitivamente puedo ver cómo el estado mental de alguien se podría deteriorar al punto de llegar a eso. Yo he llegado a fantasear al respecto, pero no estoy seguro de que no optaría antes por matarme yo. Pero aun así, siempre me han encantado las películas de venganzas en los bailes de preparatoria, como por ejemplo Carrie.
¿Cuándo escuchaste punk rock por primera vez?
Probablemente en 1984. Siempre trato de organizar cronológicamente esta historia, pero no lo consigo. Mi primer acercamiento al punk rock se produjo cuando la revista Creem empezó a cubrir la gira de los Sex Pistols por Estados Unidos. Leía sobre ellos y fantaseaba sobre lo increíble que sería escuchar su música y formar parte de esa escena. Pero tenía como 11 años y era imposible que hubiera podido ir a verlos a su gira. La mera idea de ir a Seattle —que estaba tan solo a 300 kilómetros de distancia— era imposible. Mis padres me llevaron a Seattle unas tres veces en mi vida, según recuerdo, y era en excursiones familiares.
Después de eso, siempre estaba tratando de escuchar punk rock, pero por supuesto no lo tenían en nuestra tienda de discos en Aberdeen. El primer disco de punk rock que pude comprar probablemente fue Devo y Oingo Boingo y cuestiones del estilo; por fin llegaron a Aberdeen muchos años después de su aparición.
Después, finalmente, en 1984 un amigo mío llamado Buzz Osborne me grabó un par de casettes de compilaciones, que incluían Black Flag y Flipper, todo, todas las bandas de punk rock más populares, y me volaron la cabeza. Por fin había encontrado mi llamado. Ese mismo día, me corté el pelo. Cantaba encima de esos discos —los escuchaba todos los días— y era maravilloso. Para entonces ya llevaba un par de años tocando guitarra, e intentaba tocar mi propio estilo de punk rock, o lo que yo imaginaba que era eso. Sabía que era rápido y que tenía muchas distorsiones.
El punk expresaba la forma en que me sentía social y políticamente. Ocurrían ahí tantas cosas a la vez. Expresaba la ira que yo sentía, la alienación. También me ayudó a abrir los ojos acerca de lo que no me gustaba de bandas como Aerosmith y Led Zeppelin. Aunque sí me gustaban, y todavía, algunas de las canciones de esas bandas, me di cuenta de que no me gustaban sus actitudes sexistas: la forma en que escribían sobre sus vergas y tener sexo. Me resultaba aburrido.
¿Cuándo empezaste a pensar sobre el sexismo? ¿Fue una consecuencia de tu interés en el punk?
No, fue desde antes. No podía hacer buenos amigos hombres, así que terminé pasando mucho tiempo con chicas, y sentía que no se les trataba de manera igualitaria, ni se les trataba con respeto. Detestaba la forma en que Aberdeen trataba en general a las mujeres: estaban totalmente oprimidas. Las palabras «perra» [bitch] y «pucha» [cunt] eran totalmente comunes, se escuchaban todo el tiempo. Pero tuvieron que pasar varios años para que me diera cuenta de que eran cosas que me molestaban. Apenas comenzaba a entender lo que me molestaba tanto, y los últimos dos años de la prepa encontré el punk rock, y todo cobró sentido. Por fin entendí que no era retrasado, ¿me entiendes?
¿Alguna vez tuviste el problema de que la gente pensara que eras gay?
Sí. Incluso yo pensé que era gay. Aunque nunca tuve experiencias homosexuales, pensé que quizá era la solución a mi problema. Tenía un amigo gay, y fue la única vez que realmente fui increpado por la gente. Como te dije, durante mucho tiempo básicamente me tenían miedo, pero cuando empecé a juntarme con este chico, Myer Loftin, de quien se sabía era gay, empezaron a chingarme mucho, y trataban de madrearme y cosas del estilo. Así que mi madre no me permitió que siguiera siendo amigo suyo, porque es homofóbica.
¿Y te dejaste de llevar con él?
Sí. Fue algo devastador porque por fin había encontrado a un amigo con quien podía hablar y ser afectuoso, y se me dijo que ya no me podía llevar con él. Fue más o menos por la época en que comenzaba a encajar las piezas del rompecabezas. Mi amigo jugó un papel muy importante en ese proceso.
Tus letras contienen algunas referencias gay en clave de provocación, en particular el «Todo el mundo es gay» de «All Apologies». ¿Es una referencia a esa época?
Yo no diría que es una referencia a esa época. Simplemente soy congruente con mis creencias actuales. Supongo que es algo provocador en un sentido comercial, debido a la cantidad de discos que hemos vendido.
Es muy atípico que un grupo de rock hable sobre esos temas, particularmente en el formato que ustedes emplean, que es básicamente rock masculino.
Sí, pero aun así creo que la situación está mejorando, ahora que la «música alternativa» por fin está siendo aceptada, aunque es un término bastante triste, en cuanto a mí respecta. Pero al menos existe ya una conciencia, y es algo muy sano para las generaciones más jóvenes.
¿Has tenido algún problema por parte de la industria o de los fans, a causa de tus referencias gay?
Ninguno. Pansy Division hizo un cover de «Teen Spirit» y cambió la letra para que dijera «Smells Like Queer Spirit» y nos dieron las gracias en las notas del disco. Creo que decía algo como «Gracias a Nirvana por adoptar la postura más pro-gay de cualquier banda de rock exitosa comercialmente». Fue muy halagador. Es solo que no es nada nuevo para mis amigos, debido a la música que hemos escuchado los últimos 15 años.
Supongo que las cosas han cambiado. Si miras mtv, tienen estos segmentos de «Libera tu mente» a la hora de las noticias, donde hablan de temáticas gay y asuntos relacionados. De manera bastante sutil le recuerdan a todo mundo lo sexista que fue la oleada de heavy metal durante la década de los ochenta, porque esa música está casi completamente muerta. Está muriendo rápidamente. Es muy gracioso ver a varios de estos grupos, como Poison —ni siquiera Poison, más bien Warrant y Skid Row, bandas del estilo— aferrarse con desesperación a sus antiguas identidades, pero al mismo tiempo tratando de mostrar un ángulo alternativo en su música. Me produce una pequeña satisfacción saber que he contribuido de una pequeña forma a deshacernos de esas personas, o al menos a hacer que piensen sobre lo que han hecho durante los últimos diez años. En realidad nada ha cambiado, excepto que bandas como Soul Asylum, que llevan miles de años pasando penurias y tocando en bares, ahora ven sus guapos rostros en mtv. Aun así, tienen una mejor actitud que los metaleros. Creo que es más sano. Prefiero esto último a lo anterior.
La canción que me hizo adentrarme en Nirvana fue «On a Plain». ¿Pero de qué trata?
Alienación clásica, supongo. Cada vez que hablo de las canciones tengo que cambiar el relato, porque estoy tan perdido como el que más. Normalmente, escribo las canciones uniendo trozos de poesía. Cuando escribo poesía, en general no es temáticamente. Tengo muchos cuadernos, y cuando llega el momento de escribir letras para las canciones, me robo frases de mis poemas.
¿Las armas muy rápidamente?
¡Casi siempre justo antes de grabar la voz! A veces termino las letras meses antes de entrar al estudio, pero el noventa por ciento de las veces es en el último minuto.
¿Así fueron escritas las canciones de In Utero?
Un poco menos. En ese disco hay más canciones temáticas, que tratan sobre algo y no son simples fragmentos de poesía. Por ejemplo, «Scentless Apprentice» es sobre El perfume, de Patrick Suskind. Creo que jamás había escrito antes una canción basada en un libro.
¿Leías mucho cuando eras niño?
Sí, leía todo lo que podía. Iba mucho a la biblioteca, y me iba mucho de pinta, principalmente durante la preparatoria, y el único lugar al que se podía ir durante el día era la biblioteca. Pero no sabía qué leer, así que agarraba lo que pudiera. En la escuela secundaria leía libros de Susan E. Hilton [autora de The Outsiders y otras obras de angustia y alienación adolescente]. Los disfrutaba mucho. También leía mucho en las clases, cuando sí iba a la escuela, solo para mantenerme alejado de la gente y no tener que hablar con ellos. A menudo tan solo fingía leer, para mantenerme alejado de la gente.
¿Cuándo empezaste a escribir?
Probablemente tenía como 14 años. Jamás lo tomé muy en serio. Tampoco he llevado nunca un diario personal, ni he tratado de escribir historias en mi poesía; siempre ha sido abstracta.
Mi plan de vida, desde que puedo recordarlo, era ser un artista comercial. Mi madre me ofreció mucho apoyo para ser artista. Alababa mis dibujos y pinturas. Así que me preparaba para eso. Cuando pasé a tercero de secundaria tomaba clases de arte comercial y planeaba ir a la escuela de arte. Mi maestra presentaba mis pinturas y obra en concursos. Pero en última instancia, no fue lo que quise hacer. Conocía mis limitaciones. Sin embargo, disfruto mucho el arte y aún me gusta pintar.
Siempre me he sentido igual respecto a la escritura. Pero sé que no tengo la suficiente educación como para escribir algo que disfrutaría al nivel al que me gusta leer.
¿Cuándo visitaste Inglaterra por primera vez?
En 1989.
¿Te gustó?
Sí. Especialmente la primera vez. También estuvimos de gira por el resto de Europa, pero para la semana siete, me sentía morir. Estábamos de gira con Tad. También éramos quince personas en una camioneta Volvo muy pequeña, con todo nuestro equipo.
Quieres decir que eran doce, más Tad.
¡Quince! Dependiendo de si su estómago estaba lleno o no. Vomitó mucho en esa gira.
¿Cuándo te diste cuenta por primera vez que el grupo estaba teniendo éxito?
Probablemente cuando estábamos de gira por Europa en 1991. Terminamos de grabar el video de «Teen Spirit» y empezaron a pasarlo mientras estábamos de gira. Cada tanto tiempo me escribían amigos míos, diciéndome que era famoso. Así que no sentí los efectos como hasta tres meses después de que ya éramos famosos en Estados Unidos.
¿Hubo algún momento en el que te diste cuenta de pronto?
Sí. Cuando volví a casa. Un amigo había hecho una compilación de las noticias sobre nuestro grupo que salieron en mtv y en los programas de noticias locales y demás. Fue aterrador. Me dio mucho miedo.
¿Cuánto tiempo más te siguió dando miedo?
Como un año y medio, como hasta los últimos ocho meses o algo así. Yo diría que hasta que nació mi hija. Ahí fue cuando decidí salir de mi caparazón y aceptarlo. Hubo momentos en que quería deshacer al grupo porque la presión era demasiado intensa pero, como me gusta la banda, sentía una gran responsabilidad para no hacerlo.
¿Fue más o menos por la época de su gira europea del verano de 1992?
Sí. Fue cuando el grupo empezó a ocasionarme problemas emocionales. Tuvo mucho que ver con el hecho de que tocábamos en festivales al aire libre durante el día. No hay nada más aburrido. Hay muchísima gente y a nadie le importa qué banda está en el escenario. Estaba superando mi adicción a las drogas, o intentándolo, y simplemente fue demasiado. Durante el resto del año estuve dando vueltas a la idea de dejarlo y querer cambiarnos el nombre. Pero porque todavía disfruto mucho tocar con Kris y Dave, no nos veía desintegrándonos a causa de las presiones del éxito. Es algo patético, ¿sabes? Tener que llegar a ese punto.
Es extraño. No sé si cuando tocamos en vivo hay una gran conexión consciente entre Kris, Dave y yo. Por lo general yo ni advierto su presencia. Estoy en mi propio mundo. Por otro lado, no estoy diciendo que da igual que estén ahí o no, que podría contratar a músicos de estudio o algo por el estilo.
Yo sé que no sería lo mismo. Para mí, la banda original son tú, Kris y Dave.
Yo también la considero la banda original, porque fue la primera vez que tuvimos un baterista competente. Y, por alguna razón, siempre he necesitado un buen baterista sólido. Hay muchísimas bandas que tienen bateristas malísimos, pero un baterista malísimo no era adecuado para esta música. Al menos, no es adecuado para el tipo de música que he compuesto hasta ahora.
No han estado de gira durante un año. Desde la gira del Nevermind.
Me he estado recuperando.
¿Por qué sucedió lo de las drogas? ¿Porque estaban disponibles?
Había estado inyectándome heroína como durante un año, de manera intermitente. He tenido este problema estomacal como por cinco años. Había momentos, en particular cuando estábamos de gira, que me sentía como drogadicto —aunque no lo era— porque me moría de hambre* y no lograba saber cuál era el problema. He probado con todo lo que se me ha ocurrido. Cambiar de dieta, pastillas, todo… hacer ejercicio, dejar de beber, dejar de fumar, y nada funcionó. Así que decidí que si me iba a sentir como junkie todas las putas mañanas, y pasármela vomitando todos los días, pues mejor tomo alguna sustancia que mate el dolor. No puedo decir que es la principal razón para mi consumo, pero sí está muy relacionado. Tiene más relación con mi problema estomacal de lo que la gente piensa.
¿Averiguaste a qué se debe el dolor de estómago?
No.
¿Aún lo padeces?
De vez en cuando. Pero por alguna razón se ha esfumado. Creo que es un asunto psicosomático. Mi madre lo tuvo durante algunos años poco después de pasados los veinte, y con el tiempo lo superó. Entraba constantemente al hospital debido a ello.
¿Te sientes un poco mejor ahora?
Sí. En particular este último año, desde que me casé y tuve una hija, mis estados físico y mental han mejorado casi cien por ciento. Estoy muy emocionado de irme de gira de nuevo. No he sentido tanto optimismo desde justo antes que mis padres se divorciaran.
¿Te pareció descorazonador que empezaste esta banda y estaban tocando estas grandes canciones, cuando de pronto todo este asunto raro empezó a aparecer en los medios de comunicación?
Oh, sí. Me afectó al punto de querer deshacer la banda todo el tiempo.
¿Fue principalmente por el artículo de Vanity Fair?
Empezó con eso. Hubo probablemente cincuenta artículos derivados de ese. Nunca antes le había puesto atención a los medios masivos de comunicación, así que no tenía conciencia de que la gente pudiera ser atacada y crucificada a ese nivel. No puedo evitar pensar que en cierto modo hemos sido convertidos en chivos expiatorios. Tengo mucha animaversión contra los periodistas y la prensa en general. Desde luego, como me está sucediendo a mí, probablemente estoy exagerando, pero no puedo pensar en otro ejemplo de un grupo contemporáneo sobre el cual hayan sido escritos más artículos negativos.
¿A qué se lo atribuyes?
Hay una buena dosis de sexismo. Courtney es mi esposa, y mucha gente no pudo aceptar el hecho de que esté enamorado, y de que pudiera estar contento. Como ella es una persona muy poderosa, que les resulta amenazante, todos los sexistas de la industria se unieron para crucificarnos.
Hablemos de In Utero. Me suena claustrofóbico.
Creo que así es. La principal razón por la que grabamos el nuevo disco, In Utero, con Steve Albini, es que es capaz de producir un sonido que se escucha como si la banda estuviera en una habitación no mayor a esta en la que estamos ahora. In Utero no suena como si hubiera sido grabado en una sala, o que trate de sonar grandilocuente. Es muy directo y real.
En términos técnicos, aprendí que la forma de lograrlo es utilizar muchos micrófonos. Lo he sabido durante años, desde que comencé a grabar, porque los micrófonos son tan direccionales que si se desea un sonido ambiente, es necesario utilizar muchas pistas. O se necesita utilizar un micrófono omnidireccional, más alejado de los instrumentos, para que se puedan registrar las reverberaciones de las paredes.
¿Cuántos micrófonos utilizaron para In Utero?
No tengo idea, pero muchos. Se colocaron grandes y viejos micrófonos alemanes pegados al piso y al techo y a las paredes, por todas partes. He tratado de que los productores hagan esto desde que empezamos a grabar. No sé nada sobre grabación, pero me parecía sumamente obvio que era lo que había que hacer. Traté de que lo hiciera Butch Vig, traté de que lo hiciera Jack Endino, y la respuesta de todos era «Así no es como se graba». Steve Albini me demostró en estas canciones que sí, aunque no sé exactamente cómo lo hizo. Yo simplemente sabía que así había que hacerlo. Había que usar un montón de micrófonos. Es tan sencillo como eso. Que es la razón por la cual las grabaciones de los conciertos de punk suenan tan bien. Transmite una muy buena sensación de lo que estaba pasando.
¿Volvieron a grabar alguna de las canciones?
No. Solo volvimos a mezclar un par porque la voz no estaba al volumen suficiente. Steve es un buen ingeniero de grabación, pero malísimo mezclando, en mi opinión. Para mí, mezclar es como resolver un crucigrama o algo por el estilo. Es como matemáticas, o algo muy técnico. Te deja exhausto. Requiere mucha concentración. Existen tantas variaciones en los tonos de cada instrumento que puede tomar días mezclar una canción, si uno se quiere poner anal al respecto. Yo soy partidario de simplemente grabar y dejarlo como suene, pues así debe sonar. Pero en algunas canciones no funciona.
Me gustan mucho las canciones lentas de In Utero.
Suenan muy bien, y la técnica de grabación de Steve Albini funciona muy bien en esas canciones. Se puede escuchar el sonido ambiente. Le quedó perfecto. Pero para «All Apologies» y «Heart-Shaped Box» necesitábamos algo más. Mi principal queja es que la voz no estaba al volumen suficiente. En todas las mezclas de Albini que he escuchado, la voz siempre está demasiado baja. Así es como le gusta, y es una persona muy difícil de persuadir de lo contrario. Es decir, quería mezclar cada canción en una hora, y así no es como se hace. Estuvo bien para algunas canciones, pero no para todas. Creo que hay que hacer unas cuantas mezclas y elegir la mejor.
Nunca pensé que disfrutaría hablar sobre el lado técnico de la grabación. Jamás tuvo sentido para mí. Pero ahora no me parece algo negativo.
Pareces estar en una muy buena posición, pues incluso si al disco no le va bien, hiciste el disco que querías.
Absolutamente. Hombre, por eso estoy tan emocionado con este disco. De verdad tengo ganas de promocionarlo, no por el hecho de vender discos, sino porque estoy más orgulloso de él que de nada que haya hecho antes. Finalmente alcanzamos el sonido que he escuchado en mi cabeza por siempre.
¿No fue así en Nevermind?
Para nada. Es demasiado pulcro. No escucho ese tipo de discos en casa. No puedo escucharlo. Me gustan muchas de las canciones. Me encanta tocar algunas en vivo. Desde un punto de vista comercial, creo que es un muy buen disco, he de admitirlo, pero un poco al estilo de Cheap Trick. Pero en términos de placer personal al escucharlo, sabes, es demasiado pulcro.
¿Cómo cantas? Porque usas varios tipos de voz.
La mayoría de las veces canto justo desde el estómago. Justo desde donde está el dolor.
¿De ahí provienen el dolor y la rabia?
En definitiva están ahí. Cada vez que me han hecho una endoscopía, encuentran una irritación roja en mi estómago. Pero es psicosomática. Es producto de la rabia. Y de gritar. Mi cuerpo está dañado por la música de dos formas: no solo se ha inflamado mi estómago de la irritación, sino que también tengo escoliosis. Tenía una ligera escoliosis en la secundaria, y como he tocado la guitarra desde entonces, el peso ha hecho que mi espalda desarolle esta curvatura. Así que cuando estoy de pie, todo está de lado, es muy extraño.
Podrías arreglártelo.
Voy al quiropráctico cada tanto tiempo. No se puede arreglar la escoliosis porque es un crecimiento de la espina dorsal. La espina dorsal crece durante los años de la adolescencia y desarrolla una curvatura. La mayoría de la gente tiene de todos modos una curvatura en la espina dorsal aunque para algunas personas es muy pronunciada y tienen que usar placas de metal. A mí me produce dolor de espalda todo el tiempo. Eso añade mucho dolor a nuestra música. Así es. En cierto modo, lo agradezco.
¿Piensas ahora que existen contradicciones entre tus ideales y tu inmenso éxito? ¿Es algo que te preocupa?
La verdad es que ya no lo sé. Creo que hace año y medio me sentía más contradictorio, porque peleaba a ciegas y ni siquiera sabía por qué peleaba. Y, hasta cierto punto, aún es así. Como te dije, en realidad no sé cómo lidiar con los medios de comunicación. Hace un año, dije que de ninguna pinche forma volvería a hablar en público de nuevo, y que haría hasta lo imposible por nunca más mostrar mi rostro. Pero después decidí que no iba a permitir que un puñado de periodistas malvados dictaran mi puta vida.
Estoy agradecido porque este último año me he topado con personas que han resultado ser periodistas en quienes confío y con quienes me gusta hablar.
Quizá podría ser un buen momento para hablar sobre los rumores que te aquejan. Cuando salió el Nevermind, hubo reportes de que eras narcoléptico.
No, no… eso fue una historia que inventé para explicar por qué dormía tanto. Me di cuenta de que dormía mucho antes de los conciertos. A menudo la zona del backstage es un lugar grotesco, y no quiero hablar con nadie. Así que simplemente me duermo. Ahora tenemos ya muchos conocidos, amigos y demás, a los que no puedo pedir que se vayan. No quiero actuar como Axl Rose y tener mi propio autobús o mi propio camerino.
Hablando de Axl, ¿cuál es la historia detrás del altercado con él en el backstage en los MTV Music Video Awards de 1992?
Bueno, al parecer Axl estaba de muy mal humor. Algo le molestó, quizá solo unos pocos minutos antes de nuestro encuentro con él. Estábamos en la carpa de comida y yo tenía a mi hija Frances en brazos, y él pasó caminando con cinco de sus enormes guardaespaldas y una persona con una cámara de video. Courtney le gritó de broma: «Axl, ¿aceptarías ser el padrino de nuestra hija?». Todo el mundo se rio. Había unos cuantos amigos nuestros a nuestro alrededor, y él se detuvo de improvisto y nos empezó a gritar un montón de groserías. Me dijo que callara a mi perra, así que volteé a ver a Courtney y le dije, «Cállate, perra, jejeje». Todo el mundo se murió de la risa y Axl como que se sonrojó y se marchó. Después supimos que Duff quería madrearse a Kris.
Me pareció fenomenal cuando Kris se golpeó la cabeza con el bajo al final de su actuación esa tarde. Estaban tratado de ser cool y destruir los instrumentos, y realmente la cagó: ¡estuvo genial!
Ha pasado muchas veces.
Un gran final, terminaron viéndose muy estúpidos, pero eso estuvo genial también.
Era de esperarse, ¿sabes? ¿Deberíamos simplemente salir del escenario, o romper el equipo de nuevo? Ese día pasamos por tantas emociones, porque justo hasta unos pocos minutos antes de tocar no sabíamos si nos iban a permitir hacerlo. Queríamos tocar «Rape Me» y mtv no nos dejaba. Si no tocábamos «Teen Spirit» nos iban a reemplazar. Llegamos a un acuerdo y terminamos por tocar «Lithium». Mientras estábamos en el escenario escupí en el teclado de Axl. Era eso o golpearlo. Estábamos sobre esta plataforma que nos bajó hidráulicamente, ¿sabes? Vi el piano y tenía que aprovechar la oportunidad de escupir grandes gargajos sobre su teclado. Espero que no lo haya limpiado a tiempo.
Dime una cosa, tengo que preguntar qué sucedió con ese tema de la pistola. ¿Fue una invención de mierda?
Oh, sí. Una gran invención de mierda. Es otro de los temas que me ha hecho querer renunciar a esto. Jamás ahorqué a mi esposa, pero en todos los reportes, incluso en la Rolling Stone, dijeron que sí. Courtney llevaba una gargantilla. Se la arranqué, y resultó que en el reporte policiaco pusieron que la había ahorcado. Ni siquiera estábamos peleando. Ni siquiera estábamos discutiendo, estábamos tocando música demasiado alto, y los vecinos se quejaron y llamaron a la policía. Era la primera vez que se quejaban, y habíamos ensayado en la casa desde hacía mucho.
Es la forma en que esperan que te comportes, porque eres una controversial estrella de rock.
Pero debo decir que la policía fue muy amable. A decir verdad, no podía creerlo. Verás, hay una nueva ley, que fue aprobada ese mes en Seattle, que dice que cuando hay una llamada por violencia doméstica, tienen que llevarse a una de las partes a la cárcel. Así que la única discusión que tuvimos Courtney y yo fue sobre quién iría a la cárcel por algunas horas. Y nos preguntaron, de la nada, «¿Hay armas en la casa?». Dije que no porque no quería que supieran que había dos pistolas en la casa. Tengo una M-16 y dos pistolas de mano. Están guardadas, descargadas, en un armario, y se las llevaron. Puedo recuperarlas. No lo he hecho, pero fue simplemente una situación ridícula. No fue nada. Y se ha sacado de toda proporción. Siento que la gente no cree mi versión. Como si fuera un mentiroso patológico. Todo el tiempo me estoy defendiendo. La gente no ha evolucionado al grado de preguntarse si es cierto todo lo que leen impreso. Yo mismo soy malísimo para eso. Sigo creyendo muchas de las cosas que leo.
Pero seguro en ocasiones te portas mal.
Claro. Courtney y yo peleamos. Discutimos mucho. Pero jamás la he ahorcado. Es terrible que alguien publique eso, que eso piensen de uno. ¿Sabes?, en realidad no hemos tenido problemas, ni notas ni artículos negativos acerca de nosotros desde hace mucho. Creíamos que lo habíamos superado, que habíamos dejado atrás la maldición.
Debe ser también porque la gente te percibe como una amenaza.
Creo que Courtney es más una amenaza que yo.
¿Cuáles han sido las peores tentaciones que ha traído el éxito?
Nada que me venga a la mente, salvo Lollapalooza. Nos ofrecieron seis millones de dólares garantizados, y eso es más dinero que… En la siguiente gira vamos a salir tablas porque vamos a tocar en recintos más pequeños, y la producción es ya muy cara a este nivel. Pero fuera de eso, jamás he pensado que las ofertas del tamaño de Guns N’Roses, Metallica o U2 sean algo asequible. Jamás fueron una realidad para mí.
¿Cuáles son los planes para In Utero? ¿Van a girar mucho para promoverlo?
Estaremos de gira como seis semanas en Estados Unidos, a partir de octubre. Después no quiero comprometerme a nada hasta ver cómo me siento físicamente al terminar. Quizá vayamos a Europa. Seguramente iremos en un plazo menor a un año, pero no estoy seguro de cuándo será. No quiero programar un año entero de gira.
Parecería haber una tensión, en cuanto a que te defines como alguien influenciado por el punk, y parte del punk consistía en no ser lo suficientemente cool como para ser exitoso. ¿Sientes esa tensión? ¿Te ha ocasionado problemas?
Así no es como yo percibía el punk temprano. Me pareció que los Sex Pistols querían dominar el mundo, y yo los apoyaba. Pero después el punk rock estadounidense de mediados de los ochenta se quedó totalmente estancado y se volvió elitista. Fue un gran bajón para mí. No me gustaba para nada. Pero al mismo tiempo, había pensado de esa forma durante tanto tiempo que me resultó muy difícil aceptar el éxito. Pero ya no me importa. No puedo hacer nada al respecto. No voy a hacer un disco de mierda a propósito. Sería algo ridículo. Pero hace año y medio probablemente lo habría hecho. Me hubiera esforzado mucho para asegurarme de que el disco fuera más ruidoso de lo que es. Sé que no les va a gustar a los millones de personas que están en los márgenes de lo que hacemos, a los que no les gusta nuestro grupo más que como vehículo para poder coger. Pero hicimos este disco como queríamos. Estoy orgulloso de ello.
Me preocupaba un poco que pudieras caer en esa trampa. Porque no resulta interesante.
Esa actitud va en contra de todas las razones por las cuales hay que hacer música. Ya he sido validado más allá de cualquier cosa.
Pero estaría feliz de volver al punto de agotar los boletos para el Vogue en Seattle, al cual le caben como 300 personas. Estaría feliz de volver a tocar para 20 personas… si aún lo disfruto